En una nueva operación de seguridad lanzada este domingo, las Unidades de Movilización Popular de Irak (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe) han atacado posiciones secretas de los terroristas del EIIL (Daesh, en árabe) en la provincia oriental de Diyala.

En esta feroz ofensiva, los combatientes progubernamentales, junto con las fuerzas de seguridad del Ejército iraquí, han desmantelado y destruido la estratégica base de Ayeshe, que supervisaba el entrenamiento de los miembros del EIIL en tres provincias iraquíes, según informa la cadena local Al-Qadir, citando a fuentes militares.

Las fuerzas populares, también, destruyeron ayer sábado varios escondites que quedaban de esta banda extraviolenta en las regiones montañosas de Diyala, para así limpiar esta provincia de los remanentes terroristas.

El portal web Al-Masdar News, por su parte, ha reportado este domingo el despliegue de la 8.ª brigada de las fuerzas de Al-Hashad Al-Shabi en la frontera occidental del país con Siria, para asegurar Irak de la entrada de las bandas terroristas del país vecino.

De acuerdo con este informe, estas fuerzas tendrán la tarea de buscar escondites de Daesh, así como los puntos de infiltración de terroristas en la frontera de Siria para evitar el resurgimiento de este grupo extremista en el país mesopotámico.

Este despliegue, no obstante, se produce días después de que un informe de la agencia oficial siria de noticias, SANA, alertara que unidades del Ejército de EE.UU. han trasladado a más de 600 mujeres y niños, familiares de los terroristas de Daesh, desde el campamento de Al-Hol, en la provincia de Al-Hasaka (noreste de Siria) a un lugar desconocido en Irak.

El papel de Al-Hashad Al-Shabi en el triunfo de Irak frente a Daesh

Al-Hashad Al-Shabi se formó en 2014 conforme una fatwa (edicto religioso) emitida por el máximo clérigo chií de Irak, el ayatolá Seyed Ali Sistani, en la que llamó al pueblo a luchar, junto con las fuerzas del Gobierno, contra los terroristas. Esta fuerza popular ha desempeñado un rol determinante en la lucha contra el terrorismo y la derrota de Daesh, creado por los países occidentales, en particular EE.UU.

Como venganza a sus continuas victorias contra los elementos extremistas, el Gobierno estadounidense anunció el viernes sanciones a tres líderes de las fuerzas populares de Irak, que han sido bastante activos en la lucha antiterrorista de Bagdad.