La medida implicaría el despido de más de 3.000 empleados, según informaron los gremios, y la protesta incluirá un paro con apagón informático el próximo miércoles de 10 a 12 horas, lo que podría afectar las operaciones de comercio exterior.
La convocatoria fue realizada por el secretario general de la Asociación de Empleados Fiscales e Ingresos Públicos (AEFIP), Pablo Flores, y el secretario adjunto del Sindicato Único del Personal Aduanero de la República Argentina (SUPARA), Carlos Sueiro. Ambos dirigentes gremiales informaron que, además del paro, habrá una concentración en Alsina y Defensa, frente a una de las sedes de la AFIP en el microcentro de Buenos Aires.
Los gremios han declarado el estado de alerta y movilización en todo el país, expresando su rechazo a lo que consideran un “vaciamiento del Estado” por parte del gobierno del presidente Javier Milei. En un comunicado conjunto, denunciaron que la reestructuración favorece a “los grandes grupos económicos y los sectores más pudientes de la sociedad” y que el cierre de las instituciones no generará el ahorro que el Ejecutivo plantea, sino que disminuirá la capacidad de recaudación tributaria del Estado.
Los representantes sindicales criticaron los más de 3.000 despidos previstos, afirmando que el gobierno fundamenta las desvinculaciones en un "falso planteo de ingresos irregulares" y que no se han presentado motivos de funcionamiento que justifiquen este recorte de personal. Además, advirtieron que el impacto de la reestructuración podría afectar la eficiencia en la recaudación y el control aduanero, clave para la economía del país.
Los gremios convocaron a asambleas generales para definir nuevas acciones y subrayaron que no permitirán "esta política unilateral de avasallamiento de derechos y destrucción de la fuente de trabajo". Insisten en que defenderán los puestos laborales y mantendrán el plan de lucha hasta que el Gobierno revierta su decisión.
En declaraciones radiales, Julio Estévez, secretario general de la Unión del Personal Superior de la AFIP, subrayó que en el organismo “no hay ñoquis” y que, por el contrario, “falta personal para cumplir con las funciones de recaudación y control”. Estévez cuestionó la narrativa oficial y destacó que, lejos de ser un gasto innecesario, los trabajadores de la AFIP son esenciales para mantener la recaudación y el control aduanero del país.