La iniciativa está impulsada por el gobernador Ricardo Quintela que responde a la necesidad de controlar la enfermedad que afectó principalmente a la Capital, con una epidemia que cerró con 10 mil casos, de los cuales el 80% corresponden a esta franja etaria.
El Plan de Vacunación contra el dengue se basa en las recomendaciones de la Comisión Nacional de Inmunizaciones y la Organización Panamericana de la Salud, enfocándose en los grupos etarios más afectados de la Capital.
En este contexto, se destaca la importancia de la autonomía progresiva de los jóvenes en la toma de decisiones relacionadas con su salud, conforme a lo establecido en el Código Civil y Comercial de la Nación y la Resolución 65/2015 del Ministerio de Salud de la Nación, que señala pautas para guiar a progenitores, profesionales de la salud y demás acompañantes en la determinación de la toma de decisiones por parte de los jóvenes.
La responsable de Adolescencia del Ministerio de Salud, Viviana Stirnemann, explicó que “desde temprana edad, los niños, niñas y adolescentes comienzan a desarrollar habilidades para comprender información, aplicarla en situaciones específicas y tomar decisiones informadas”.
Este proceso de autonomía se consolida durante la adolescencia, donde la ley establece diferentes niveles de consentimiento según la edad y la naturaleza de la intervención médica. Para los adolescentes de 16 años, se reconoce la capacidad plena para tomar decisiones sobre el cuidado de su propio cuerpo, equiparándose a los adultos en este aspecto.
La campaña de vacunación se enmarca en este paradigma, respetando la autonomía de los jóvenes de 16 a 20 años para decidir sobre su salud. Los servicios de salud están obligados a atender las consultas de estos jóvenes, ya sea que se presenten solos o acompañados, siempre de forma voluntaria y con información comprensible sobre los procedimientos y sus implicaciones. Esto se consigna en la historia clínica, respetando la confidencialidad y los derechos del paciente.
Stirnemann también señaló que el concepto de responsabilidad parental, que reemplaza a la antigua "patria potestad", enfatiza el acompañamiento y la guía de quienes rodean a los jóvenes en la consolidación de sus capacidades individuales. Se promueve una visión centrada en el desarrollo integral de los jóvenes, donde la familia extendida, personas de confianza, la comunidad y las instituciones pueden colaborar en el proceso de toma de decisiones, sin reemplazar la voluntad del joven.
“En suma, este nuevo paradigma legal y social refleja un avance hacia el reconocimiento pleno de los derechos y responsabilidades de los jóvenes en la gestión de su propia salud y bienestar, asegurando un acompañamiento respetuoso y una atención integral acorde a sus necesidades y capacidades en desarrollo”, concluyó Stirnemann.