En marzo, pese a la relativa moderación inflacionaria, las proyecciones siguen apuntando a una nueva caída del salario real, que llegará a acumular una baja del 20% real en comparación a noviembre. Hacia adelante, el techo oficial a las paritarias no empeorará ese panorama pero sí evitará una recomposición. En materia de precios los tarifazos impactarán: solo en abril, entre gas, transporte, telefonía e internet, naftas y agua, sumarán 6,2 puntos al IPC.
La consultora Equilibra remarcó que el impacto de la suba de tarifas se extenderá, de hecho, a lo largo de todo el segundo trimestre: a todos los componentes mencionados se le sumará además el aumento esperado para las facturas de electricidad en los hogares y en las empresas, con sus efectos de segunda ronda. Entre todos, entre abril y junio sumarán 14 puntos a la inflación trimestral. Con los supermercados desacelerando por la recesión, la expectativa apunta a un piso todavía alto de 8% mensual durante el segundo trimestre.
Desde Ecolatina coincidieron: “Para abril el ajuste tarifario continuará con aumentos en las tarifas de gas, agua, transporte público (si bien solo afecta a usuarios no registrados, la medición debería contemplar el aumento en el costo para este grupo) telecomunicaciones y peajes. Por su parte, los precios de los bienes seguirán mostrando un bajo dinamismo por lo que la inflación del mes estimamos que rondará el 10%”.
Y agregaron: “Más allá de abril viene la parte más complicada del sendero de desaceleración: será difícil que la inflación siga bajando en los próximos meses al mismo ritmo que en el primer trimestre. Pasado el shock inicial (el salto del tipo de cambio de diciembre), será más desafiante romper la inercia del proceso, máxime cuando a partir de junio comience la indexación de algunos precios regulados y tenga lugar el ajuste de los servicios privados o la carne, que vienen algo rezagados en los últimos meses”.
Por el contrario, aún más hacia adelante, si la economía empieza una recuperación del PBI, “una mayor demanda interna impondrá un piso para la inflación que, pese a la baja de la tasa de referencia y una brecha que sigue en niveles cercanos al 20%, todavía tiene que enfrentar el eventual desarme del cepo”, lo que podrá implicar una nueva corrección cambiaria.
El Gobierno viene llevando adelante una corrección de precios relativos: el dólar, aunque se viene atrasando y está 13% del equilibrio pedido por el FMI, logró un repunte del 36% contra noviembre; los regulados mejoraron 22% por las subas en naftas y transporte público y seguirán recuperando de la mano de las tarifas; y, en cambio, el salario cayó 19% entre noviembre y febrero. En marzo hubo continuidad, según Equilibra: “Con nuestras estimaciones del salario formal de marzo, en base a las paritarias de los principales gremios, en el tercer mes del año habría rozado los dos dígitos (la no homologación oficial de acuerdos paritarios elevados pone un techo a las subas), perdiendo nuevamente contra el alza del IPC Nacional, del 11%. Entre noviembre y marzo el salario Ripte habría sufrido una merma en torno al 20%”.