El presidente Mauricio Macri dejó claro que las ventas de reservas del Banco Central no son ocasionales, sino un aspecto central de la nueva política antiinflacionaria del organismo, luego de los cambios operados a fin del año pasado.
“Me preocupa nada”, le respondió sin vueltas Macri a Cadena 3 cuando Mario Pereyra le preguntó si no le preocupaban las ventas de dólares con las que el presidente del Central viene interviniendo para evitar que la suba de la divisa agite los precios. En marzo, Federico Sturzenegger ordenó la venta de más de 2.000 millones de dólares.
“Me preocupa nada –reiteró Macri–. Me preocupa que bajemos la inflación, que es lo que más afecta al trabajador, al que menos tiene, que es la mayor estafa que puede hacer un gobierno a su gente”, sostuvo. Y ratificó su confianza: “Vamos seguirla bajando. A fines de 2019 vamos a estar llegando a un dígito”, aseguró.
Hasta diciembre, el BCRA buscaba contener la inflación sólo a través de la tasa de interés, subiéndola para absorber pesos del mercado y enfriar así los precios. Pero ante los efectos potencialmente recesivos el Ejecutivo presionó sobre Sturzenegger para que bajara el costo del dinero. Así, muchos inversores en pesos (en Lebac, por ejemplo) comenzaron a demandar dólares, cuyo precio comenzó a subir. Para evitar subas aún mayores de la divisa, que también presiona sobre los precios, el BCRA comenzó a vender dólares. En distintos momentos de su historia el Central utilizó dólares para anclar precios. A veces, hasta agotarlas. Esto es mirado con extrema atención por parte de los inversores.
Macri abundó en este doble rol del BCRA. “El Central tiene dos herramientas (para controlar la inflación): la política monetaria y la política cambiaria”, dijo.
En cuanto al rebrote inflacionario de los últimos meses, lo atribuyó básicamente a la necesidad de ajustar los precios de los servicios públicos. Y apuntó a la “herencia K”: “Se regalaba la energía, y un país que no cuida su energía, su ambiente, es un país que no cuida su futuro; estamos llevando las tarifas al nivel de países de la región, como Uruguay, como Chile, no estamos haciendo ninguna locura. Lo que tuvimos que hacer fue terminar con la anterior política, que era pan para hoy y hambre para mañana”, sostuvo, en relación al creciente déficit energético que dejó la anterior gestión.