El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, anunció el 19 de junio pasado obras hídricas que permitirán trasvasar agua del río San José al Santa Lucía, que es el que abastece a la ciudad de Montevideo. El mandatario aseguró que el proyecto tardaría 30 días en concretarse, y ese plazo vence la semana que viene.
Mientras tanto la capital de Uruguay vive la peor crisis hídrica que se tenga registro, ya que la represa de Paso Severino (la principal fuente de agua dulce de la zona metropolitana), se encuentra prácticamente agotada por la sequía y se teme que en los próximos 10 días, el agua que salga de las canillas no sea potable.
El gobierno nacional buscó bajar el precio del agua embotellada con una reducción de impuestos, por lo que un bidón ronda entre los 69 a 89 pesos uruguayos, lo que equivale aproximadamente 2 dólares.
La obra anunciada por Luis Lacalle Pou es una presa y una estación de bombeo sobre el río San José que está a cargo de Obras Sanitarias del Estado (OSE) de Uruguay y contempla el tendido de 13,3 kilómetros de tuberías para conectar ambos caudales.
Agua de río mezclada con mar
Edgardo Ortuño, director de OSE, aseguró la semana pasada que la escasez de agua potable es la "situación más crítica" que enfrentó su país y criticó al Gobierno de Luis Lacalle Pou por sus "decisiones políticas equivocadas" en la gestión de la crisis.
En diálogo con Télam, el dirigente del Frente Amplio sostuvo que "es la situación más crítica que enfrentó Uruguay, no hay registro de una dificultad en el abastecimiento de agua potable tan duradera y crítica como la que estamos viviendo".
"Nunca existió un nivel tan bajo de reservas de agua dulce para el abastecimiento de la población metropolitana, están por debajo del 1%", alertó el funcionario sobre la situación que enfrentan 1.800.000 uruguayos, el 60% de la población total del país.
La escasez de agua, que afecta principalmente a los departamentos de Montevideo y Canelones, se debe a la sequía del río Santa Lucía que deriva en un bajo nivel del embalse de la represa de Paso Severino, que tenía una capacidad de almacenar casi 80 millones de metros cúbicos, pero hoy cubre menos de un millón.
"El descenso de las reservas empezó en noviembre", comentó Ortuño y criticó la decisión del Gobierno nacional de autorizar la mezcla del agua del embalse con la del Río de La Plata, que contiene alta salinidad.
"Hay un incumplimiento de algunos parámetros de la norma bromatológica. Se autorizó hasta 720 miligramos de cloruro por litro cuando antes era de 250, y con el sodio se permite 440 miligramos por litro cuando era de 200 según la ley", precisó el director de OSE.
Con esta decisión del Ejecutivo, Ortuño sostuvo que no se cumple con la Constitución de Uruguay, que en 2004 incorporó al agua potable como un derecho humano básico.
Según los sanitaristas uruguayos, el consumo del agua salada que sale de las canillas está desaconsejada para personas con problemas renales o hipertensión, y aconsejaron que no se utilice para preparar complementos para bebés de menos de seis meses.
"Además de lo sanitario, esto afecta en lo social, porque muchas personas no tienen las condiciones económicas para incrementar en su presupuesto familiar la compra de agua embotellada", afirmó Ortuño.
Como si fuera poco, hubo un aumento de hasta un 60% en las reparaciones de calefones, termotanques y lavarropas afectados debido a que el agua que llega a los hogares contiene un alto contenido de sal proveniente del Río de La Plata.