El Museo de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y el Museo Argentino de Ciencias Naturales participaron de un inédito relevamiento global de colecciones que incluyó a 73 grandes museos de historia natural de 28 países, que busca construir una base de datos para afrontar los desafíos del siglo XXI relacionados al cambio climático, la seguridad alimentaria, la salud humana, el afrontamiento de pandemias y la conservación de la vida animal.
Desde la UNLP se indicó que el relevamiento puso en evidencia que existe un agregado de más de 1,1 billones de objetos, administrados por más de 4.500 investigadores y cerca de 4.000 técnicos y voluntarios.
Se añadió que, aunque el agregado de colecciones es muy amplio, "existen brechas conspicuas en las colecciones referidas a ciertas áreas y grupos de especímenes: de regiones tropicales y polares, de sistemas marinos, artrópodos y diversidad microbiana" y se planteó que "estos resultados deben servir para coordinar esfuerzos a futuro y cubrir esas brechas".
Así, mediante un marco y una estrategia de inventario, los organizadores del proyecto sentaron las bases para una red global de museos que trabajen juntos en favor de la biodiversidad, el clima y un futuro sustentable, a partir de sus colecciones.
"Así los museos podrán generar propuestas más eficientes a la hora de planificar esfuerzos destinados a sus colecciones", señalaron desde la casa de estudios platense.
La iniciativa estuvo organizada por el Museo Nacional de Historia Natural de los Estados Unidos, el Museo Americano de Historia Natural de New York y el Museo de Historia Natural de Londres.
Se trata de un esfuerzo sin precedentes para conectar más de un billón de objetos conservados en distintos lugares del mundo, publicó la revista Science el 23 de marzo último al hacer el anuncio en un artículo que llevó el nombre de "A Global Approach for Natural History Museum Collections".
"Es el primer paso hacia un esfuerzo global muy ambicioso para inventariar colecciones cuya información contribuirá a que los científicos puedan adoptar decisiones y hallar soluciones a una gran variedad de cuestiones urgentes como el cambio climático, la seguridad alimentaria, la salud humana, la capacidad de anticipar y afrontar futuras pandemias y la conservación de la vida silvestre", se puntualizó desde la UNLP.
En ese sentido, la directora del Museo de la Universidad de La Plata, Analía Lanteri, dijo a Télam que "el haber sido convocados al relevamientos de las colecciones de historia natural es un reconocimiento al prestigio y al acervo patrimonial que tiene nuestro museo" y puso de relieve que "solamente participaron dos museos de Sudamérica y los dos son de Argentina".
Este tipo de trabajos conjuntos sirven para estrechar vínculos entre instituciones. Los museos históricamente intercambiaron materiales y personas, para investigar", recalcó y detalló que contar con una base de datos de tal magnitud "sirven de base para estudios científicos".
Los expertos de la UNLP indicaron que los organizadores del relevamiento diseñaron una metodología y establecieron un vocabulario común que permitió relevar rápidamente las colecciones de los museos, reconociendo 19 tipos que abarcan la totalidad de colecciones biológicas, geológicas, paleontológicas, y antropológicas, en 16 regiones terrestres y marinas, que cubren la totalidad del planeta.
En ese marco, Lanteri destacó la importancia de que el trabajo haya sido publicado en la revista Science, dado que junto con Nature "es de las publicaciones más prestigiosas a nivel mundial".
Así, la profesional planteó que "estas estimaciones a nivel global indican cuáles son las brechas, los temas, las regiones que debemos seguir explorando porque todavía no conocemos bien".
"Hay muchos microorganismos que aún no conocemos bien, sobre todo de la fauna y flora marina. Hay algo muy importante, que nos aportan las colecciones biológicas y tiene que ver con servir para le monitoreo de nuestra biodiversidad y cómo evolucionó a lo largo de los años", continuó.
Lanteri expuso que si se analiza el último siglo, se advertirá que especies que eran muy frecuentes hace más de 100 años, ahora ya no lo son porque están en riesgo.
"No hablo de animales icónicos, como puede ser el yaguareté, sino de caracoles, almejas o insectos", graficó y añadió que "a medida que la diversidad se va perdiendo, surgen especies invasoras o plagas".
Sostuvo que "todo eso se ve analizando las colecciones a través del tiempo, y también cuando los naturalistas salen al campo a recoger muestras y hallan muchas especies invasoras tanto de plantas como animales, como por ejemplo el mejillón dorado proveniente de Asia a través de los buques, que genera muchos problemas como la obstrucción de desagües en represas y cañerías".
La directora razonó que "además de dar datos sobre cuántos especímenes y objetos tenemos de cada ítem, señalamos ejemplos del valor de las colecciones para poner en agenda los problemas ambientales y brindar elementos para resolverlos".
"Si hablamos de geología tenemos fuentes de información de muchos minerales y rocas; en paleontología tenemos fósiles que pueden dar la pauta de dónde puede haber una fuente de petróleo", subrayó.
El relevamiento local
En la institución local el relevamiento que se inició en el 2018 fue realizado por un equipo de más de 20 personas de las divisiones de Antropología Etnografía, Arqueología, Paleontología Vertebrados, Paleozoología Invertebrados, Paleobotánica, Zoología Vertebrados, Zoología Invertebrados, Entomología, Plantas Vasculares, Ficología, Micología, Geología, Geología Aplicada, Mineralogía.
Del trabajo realizado en el Museo de La Plata se desprende que en el momento de su fundación se contaba con 15.100 objetos, cifra que creció a lo largo de los años: en 1902 el número ascendía a 208.978; en 1927 el patrimonio se había incrementado a 393.800; los documentos de 1988 daban cuenta de la existencia de un total de 2.053.560 piezas; mientras que este último relevamiento arrojó un total de 3.700.000 objetos.
"Esto nos sirve como estímulo para seguir catalogando, relevando y digitalizando cada vez con mayor detalle. Tenemos colecciones enormes de invertebrados e invertebrados, botánicas, paleontológicas, geológicas y arqueológicas", describió.
Además de las exhibiciones para el público, los museos de historia natural sirven como guardianes de un archivo sin precedentes de la historia natural del planeta y del sistema solar.
Estas colecciones proveen una ventana única para conocer el pasado de nuestro planeta y son de enorme utilidad para realizar predicciones sobre su futuro.
Si bien los museos han actuado tradicionalmente como organizaciones independientes, el nuevo enfoque imagina una colección global compuesta por todas las colecciones de todos los museos del mundo.
"La idea es seguir incorporando al relevamiento otros museos importantes, como el de San Pablo (Brasil); hacer análisis más detallados de cada grupo y profundizar las evaluaciones globales más detalladas; sumar personal técnico que ayude a la tarea de catalogación y pedir fuentes de financiamiento para digitalizar todo esto", destacó la encargada del Museo de Ciencias Naturales.
Agregó luego que es de vital importancia relevar las imágenes de cada espécimen tanto con fotos como a través del scanner 3D, lo que "evita el traslado innecesario de los objetos u organismos, que son muy frágiles, como los insectos".
"Digitalizar es conservar para las futuras generaciones y también es hacer el material disponible para el público en general y al especializado", concluyó.
Fuente: Télam