Investigadores de la Universidad Nacional de Australia observaron las ondas de rebote que viajan hasta cinco veces a lo largo del diámetro de la Tierra, y al medir los tiempos diferenciales de viaje de estas, pudieron evidenciar la existencia de un núcleo interior más interno (IMIC, por sus siglas en inglés) de casi 650 kilómetros de diámetro. Recopilaron información de estas ondas sísmicas reverberantes que pasan por el mismo centro de la Tierra a partir de su registro por un enorme número de estaciones sísmicas globales, publica Nature Communications.
Ondas de rebote
Sondear el centro de la Tierra es fundamental para comprender la formación y evolución planetaria. Sin embargo, las inferencias geofísicas han sido un desafío debido a la falta de sondas sismológicas que lleguen al centro de la Tierra, dicen los científicos. "Hasta donde sabemos, las reverberaciones de más de dos pasajes no han sido reportadas hasta ahora en la literatura sismológica", dijeron los dos autores de la investigación, Thanh-Son Phạm y Hrvoje Tkalcic. Agregaron que esta técnica proporciona "herramientas para restringir las propiedades IMIC porque muestrean el IMIC de una manera sin precedentes".
Hasta ahora, el enfoque científico predominante es que la Tierra se compone de una capa exterior, denominada 'manto', que rodea al núcleo externo, que es una capa de metal líquido de alrededor de 2.000 km de espesor, que a su vez envuelve al núcleo interno de metal sólido, que mide cerca 1.200 km de radio. Sobre la existencia de un núcleo más interno, en el interior del núcleo interior, se había especulado durante años, pero nunca antes se había demostrado hasta este nuevo estudio.
Las trayectorias de las ondas de reverberaciones quíntuples a lo largo del diámetro de la Tierra.
Drew WhiteHouse, Infraestructura Computacional Nacional Vizlab, Universidad Nacional de Australia
Las ondas que viajan a través de esta región más interna de la Tierra tienen firmas diferentes a las del núcleo interno externo (OIC, por sus siglas en inglés), lo que sugiere que el IMIC tiene una estructura distinta a la de su caparazón. Los autores consideran que el IMIC "podría ser un registro fosilizado de un importante evento global del pasado". "Ahora tenemos suficiente evidencia sismológica de varias líneas de investigación diferentes sobre la existencia de IMIC", concluyeron. "Los esfuerzos futuros deben dirigirse a caracterizar la transición IMIC-OIC (su profundidad y naturaleza)", indicaron.
La importancia del estudio
"El núcleo interno de la Tierra (IC), que representa menos del 1% del volumen de la Tierra, es una cápsula del tiempo de la historia de nuestro planeta", dijeron Phạm y Tkalcic en el estudio. "A medida que crece el IC, el calor latente y los elementos ligeros liberados por el proceso de solidificación impulsan la convección del núcleo exterior líquido, que, a su vez, mantiene el geodinamo [mecanismo que genera el campo magnético de la Tierra]".
"Aunque el campo geomagnético podría haber precedido al nacimiento del IC, los cambios detectables en las estructuras del IC con profundidad podrían significar cambios en la operación del campo geomagnético, lo que podría haber influido profundamente en la evolución de la Tierra y su ecosistema", indicaron los geólogos en su artículo. "Por lo tanto, sondear la parte más interna del IC es fundamental para desentrañar aún más la cápsula del tiempo y comprender la evolución de la Tierra en el pasado distante", subrayaron.