La posibilidad de que el bloque conservador de Angela Merkel tenga que ceder el poder en Alemania y pasar a la oposición creció este martes incluso antes del inicio formal de las consultas entre partidos para formar Gobierno, luego de que la alianza de la canciller saliente se sumiera en una creciente crisis tras la peor elección de su historia.
El Partido Socialdemócrata (SPD) del Olaf Scholz, una fuerza de centroizquierda corrida al centro en años recientes, ganó las elecciones del domingo por escaso margen y se dijo deseoso de un pronto comienzo de las conversaciones con dos partidos menores que aparecen como los que podrían definir la formación del futuro Gobierno.
Del lado de la Unión, el bloque de Merkel, formado por su Unión Demócrata Cristiana (CDU) y la Unión Social Cristiana (CSU), se multiplicaban las recriminaciones hacia el candidato perdedor Armin Laschet, que no ha hecho un claro mea culpa tras la derrota ni aceptado renunciar a suceder a la canciller saliente en la Jefatura de Gobierno.
En uno de los mayores golpes hasta ahora a la obstinadas intenciones de Laschet, el líder de la CSU dijo hoy que "Scholz tiene más posibilidades de convertirse en canciller en este momento, claramente".
"Ningún mandato para gobernar puede legitimarse moralmente sobre la base de este resultado electoral" de los conservadores, que alcanzaron su mínimo histórico desde 1949, bien por debajo del 30% de los votos, dijo el líder de la CSU, Markus Soeder, en conferencia de prensa.
Ya que ni el SPD ni la Unión, los principales partidos de Alemania, quieren renovar la "gran coalición" con la que gobernaron 12 de los últimos 16 años, el futuro del próximo Gobierno está ahora en manos del partido ecologista Los Verdes y el liberal Demócratas Libres (FDP), cuyas bancas darían mayoría parlamentaria al bloque con el que se aliaran.
Los líderes de los Verdes y del FDP tienen previsto reunirse esta semana para buscar consensos antes de evaluar propuestas de alianzas de potenciales aliados.
"Los Verdes y los Demócratas Libres fueron invitados por nosotros para celebrar conversaciones exploratorias ya, esta semana si quieren", dijo el líder de la bancada parlamentaria del SPD, Rolf Muetzenich, antes de un encuentro de diputados electos y salientes del partido, informó la agencia de noticias alemana DPA.
El jefe de la bancada de Los Verdes, Anton Hofreiter, dijo por su parte que el resultado "más probable" del proceso de consultas, que aún no tiene fecha de inicio, era la formación de un Gobierno de coalición con el SPD y el FDP.
"Debatiremos (la composición del gobierno) con todos los partidos demócratas, pero es más probable que al final lleguemos a (la coalición denominada) 'Semáforo'", aseguró Hofreiter ante la prensa, refriéndose a los colores de los partidos que conformarían el futuro Gobierno: rojo (SPD), amarillo (FDP) y el verde de los ecologistas.
Soeder coincidió a este respecto.
Una coalición entre el SPD, Los Verdes y el FDP es la "primera solución obvia", señaló el líder de la CSU.
La Unión debería asumir la responsabilidad de tratar de formar Gobierno solo en caso de que Scholz fracasara en su intento, agregó Soeder.
Scholz, vicecanciller saliente, dijo que quería que el nuevo Gobierno esté listo para antes de Navidad dentro de lo posible.
Formar una coalición de Gobierno puede llevar semanas e incluso meses en Alemania hasta que los partidos se pongan de acuerdo primero en aliarse y luego en torno al reparto de Ministerios.
Conservadores en crisis
De lado de la Unión, las crecientes tensiones y descontento con Laschet siguieron en aumento ante la insistencia del líder conservador en que podría formar Gobierno por considerar improbable una alianza entre el SPD y el FPD, que es un partido de derecha con un programa más parecido al de la CDU/CSU.
Michael Kretschmer, gobernador del estado de Sajonia, fue quien abrió las hostilidades: "Los electores nos han dicho de manera clara 'que la CDU no es la primera opción'. Actuar como si nada hubiera ocurrido nos llevaría a la ruina", advirtió.
"No creo que podamos pretender dirigir el próximo Gobierno", añadió otro 'barón' del partido, Norbert Röttgen.
"¡Perdimos. Punto final!", se hizo eco por su parte el líder de la juventud de la CDU, Thilman Kuban.
Frente a esta rebelión doméstica, Laschet se vio obligado a hacer promesas, admitiendo que la CDU, uno de los más viejos partidos europeos, en el poder los últimos 16 años, "necesita una renovación" a todos los niveles.
La Unión, de hecho, perdió un 9% de votos desde las elecciones precedentes, en 2017, un resultado que ya entonces fue considerado como decepcionante. El bloque perdió incluso en la circunscripción por la que Merkel fue diputada desde 2005.
Uno de los diputados más influyentes del FPD, en tanto, llamó a todos los partidos a estar listos para comenzar las consultas de formación de Gobierno para fines de esta semana.
"Se están enviando señales muy diferentes desde la Unión. Algunos quieren gobernar... otros no", dijo Marco Buschmann a la radio Deutschlandfunk.
Por otro lado, el 71% de los alemanes critica que Laschet intente formar Gobierno a pesar de la pérdida de votos de su partido, según un sondeo publicado hoy por el diario Augsburger Allgemeine.
Solo el 22% se declaró a favor de que Laschet intente formar una coalición gubernamental, según la encuesta.
La nueva Cámara baja del Parlamento alemán, que estará conformada por 735 diputados, tiene previsto celebrar su primera sesión el mes que viene.