Más de 60 millones de alemanes están habilitados para participar este domingo de las reñidas elecciones en las que los socialdemócratas y conservadores se disputan la sucesión de Angela Merkel, quien dejará la cancillería tras 16 años en el poder.
Las encuestas proyectan un resultado muy ajustado con el bloque conservador de Merkel, el CDU-CSU, con alrededor de 23% de las intenciones de voto, detrás del socialdemócrata SPD con 25%, una diferencia dentro del margen de error.
Los centros de votación estarán abiertos hasta las 18:00 (13:00 de Argentina) y ya se registraron los votos de algunos de los actores principales de la política germana, informó la agencia de noticias AFP.
El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, sufragó esta mañana en su colegio electoral de Berlín y alentó a la participación ciudadana, porque "quien vota da vida a la democracia".
Laschet produjo una de las notas del día al emitir su voto ya que dobló al revés su papeleta electoral antes de depositarla en la urna, con lo que quedó perfectamente visible para los presentes el sentido de su voto, por lo que según la ley electoral alemana debería ser anulado. Los fotógrafos registraron el momento, consignó la agencia DPA.
El voto en Alemania es secreto, así que según explica la Comisión Electoral alemana el votante debe "doblar (la papeleta) de forma que su voto no sea reconocible". Si ese voto es reconocible, debe ser considerado nulo durante el recuento, informa la televisión pública alemana ARD.
Al margen de este episodio, tras votar, Laschet llamó a la participación ciudadana y destacó la trascendencia histórica de estas elecciones.
Tras el escrutinio, el parlamento alemán tiene previsto reunirse el 26 de octubre. Esa será la fecha en la que se resuelva formalmente la sucesión de Merkel, aunque todo está por verse.
El nombre del futuro canciller y la composición de su probable mayoría corre el riesgo de no conocerse este domingo.
Todo indica que serán necesarias largas e intensas negociaciones para formar una coalición, por lo que podría producirse una parálisis europea hasta el primer trimestre de 2022.
En esta hipótesis, la canciller, de 67 años, podría permanecer en el cargo durante el periodo de negociación,