La canciller alemana, Angela Merkel, fue recibida este jueves en el palacio del Elíseo por el presidente de Francia, Emmanuel Macron, en el que tal vez sea el último encuentro de ambos como jefes de Estado, y ratificaron las buenas relaciones bilaterales, en vísperas de la elecciones legislativas alemanas del 26 de septiembre, que pueden poner fin a los 16 años de Merkel en la cima del poder germano.
Como la política es dinámica, es posible que haya alguna ocasión más para este encuentro de alto rango si las negociaciones para formar una coalición de gobierno en Berlín se alargan, aunque Merkel declaró que "hará todo lo que esté en su mano para evitar un periodo de transición demasiado largo" que bloquee la UE, en alusión a los seis meses que demandó la formación del último gobierno de coalición en Alemania.
En una muestra más de la buena relación entre Francia y Alemania, el Elíseo precisó que rendirá un homenaje ad hoc a Merkel por su labor europea, según consigno el diario español El Mundo.
La agenda de este último encuentro, durante el que compartieron una cena, se centró en Afganistán, el riesgo de la crisis alimentaria en el mundo y la preparación de una cumbre informal a celebrar en Eslovenia a primeros de octubre.
Los dos principales candidatos a suceder a Merkel, el socialdemócrata Olaf Scholz y el democristiano Armin Laschet ya fueron recibidos por Macron, por lo que el entendimiento entre París y Berlín parece garantizado en ambos casos, informó el gobierno galo.
De todos modos, El Mundo consigna que será difícil que el eje franco alemán funcione tan aceitado como en estos años de poder de Merkel y Macron, que hicieron recordar a la buena relación que mantuvieron hace hace más de 20 años el socialista François Mitterrand y el democristiano Helmut Kohl.
En su largo mandato, Merkel llegó a coincidir en 2005 con Jacques Chirac en el ocaso de su segundo mandato, con el conservador Nicolas Sarkozy y con el socialista François Hollande, pero con ninguno alcanzó el nivel de entendimiento político que labró con Macron desde que éste llegó al poder, en 2017.
"Merkel y Macron encontraron un buen modo de funcionamiento ante el Consejo Europeo en el que el presidente francés lanza el debate político y la canciller intenta sumar a los reticentes aunque tenga que rebajar las propuestas del otro", ha dicho en 'Le Parisien' Stéphane Séjourné, eurodiputado próximo al jefe del Estado francés.
El entendimiento más firme que lograron es el plan de relanzamiento europeo por valor de 750.000 millones de euros, en gran parte financiado con un préstamo común de la UE. Una idea defendida por Macron que siempre dio fue trabajo a Merkel para que fuera aceptada en Berlín.
En el plano de las discrepancias, los gobiernos no coincidieron en la energía nuclear y las relaciones con China, entre otros temas.
Que siga habiendo buena sintonía es importante para Francia, al que corresponde la presidencia rotativa de la Unión Europea (UE) en el primer semestre de 2022.
Y también es importante para Macron, que aspira a un segundo mandato en las elecciones presidenciales de abril a las que todo el mundo da por hecho que se presentará aunque él no lo haya dicho oficialmente.