El ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, encabezó esta semana tres comisiones especializadas junto a la titular del Consejo de Coordinación de Políticas Sociales, Victoria Tolosa Paz, con el acceso a los alimentos, la calidad nutricional y producción y comercialización como ejes.
Las reuniones de comisiones de la Mesa contra el Hambre tuvieron una importante asistencia de empresarios, referentes de organizaciones sociales y ONGs, funcionarios provinciales y académicos.
Durante el encuentro de la primera comisión, que tuvo como eje el “acceso a los alimentos”, se planteó como prioritario “recuperar la comensalidad en el hogar promoviendo el acceso a alimentos de buena calidad nutricional para que la alimentación de calidad no sea un privilegio”.
En este sentido, se planteó la necesidad de pensar en políticas que atiendan a la integralidad de la accesibilidad de los servicios básicos y el agua, no solo alimentos; trabajar en un índice de precios que permita al consumidor tener parámetros en relación a sus ingresos; trabajar en la articulación de productores y unidades productivas, con los comedores para asegurar una buena alimentación y generar trabajo; y generar alimentos inocuos, seguros y con calidad nutritiva dentro de los comedores para que luego se repliquen las buenas prácticas dentro de los hogares.
En el marco de la reunión de la segunda comisión del Consejo contra el Hambre, con “la calidad nutricional” como eje, se identificó como un “problema urgente a atender que la calidad nutricional es crítica”, debido a que existe “la pandemia de la obesidad en un extremo, y los grupos de desnutrición crónica o aguda en el otro extremo”.
En este contexto, se resaltó la necesidad e importancia de la intervención de los gobiernos en la vigilancia, investigación y evaluación de la nutrición de su población como mecanismo para prevenir enfermedades.
Para ello, se planteó la posibilidad de llevar adelante campañas de comunicación para concientizar, ya que también se señaló como “prioritario” la necesidad de trabajar en revertir las prácticas alimenticias.
Por último, la tercera comisión se centró sobre “la producción y comercialización”, y en descubrir por qué los alimentos no llegan a todos los argentinos.
Los problemas que se identificaron al respecto fueron “la monopolización de los alimentos”, “las prácticas que viene destruyendo los socioecosistemas” y “la falta de acceso a la tierra y el agua para la producción”.
En esta línea, se planteó la necesidad de hacer un mapeo de las trabas que existen para la comercialización y la soberanía alimentaria en todo el territorio; pensar estrategias para sortear las barreras de los mecanismos de control para la economía popular; articular las iniciativas en el territorio, definiendo en conjunto las diversas escalas productivas y de organización del consumo; pensar en un modelo de desarrollo que incorpore la ruralidad; trabajar en procesos de agroecología para lograr la reconstrucción de una nueva ruralidad; incrementar la escala de producción de la agricultura familiar para que puedan acceder a las góndolas y sea una opción de consumo para las familias argentinas.