La farmacéutica AstraZeneca, que desarrolla la vacuna contra el coronavirus Covid-19 en colaboración con la Universidad de Oxford, informó que un segundo voluntario mostró "síntomas neurológicos sin explicación" durante la tercera fase de los ensayos clínicos.
Este incidente se suma al de otra persona que participó en los ensayos y que padecía una “enfermedad potencialmente inexplicable”. Los dos casos obligaron a los investigadores de la vacuna contra la COVID-19 a parar las pruebas que estaban llevando a cabo en la última fase de los ensayos entre humanos para realizar las convenientes revisiones.
Más tarde se comprobó que las dos mujeres empezaron a mostrar síntomas de una enfermedad neurológica, que posteriormente se diagnosticó como mielitis transversa. En el primer caso la persona en cuestión padecía esclerosis múltiple, mientras que la segunda fue hospitalizada y por tanto obligó a paralizar los ensayos a principios de septiembre.
"Se ha considerado poco probable que estas enfermedades estén asociadas a la vacuna, o bien que no había pruebas suficientes para decir con certeza que las enfermedades estaban relacionadas o no con la vacuna", afirman desde la farmacéutica.
Los expertos están mostrando preocupación ante una posible falta de comunicación entre los 18.000 voluntarios que se han prestado para realizar los ensayos clínicos y la empresa, alertándoles de las enfermedades que estaban contrayendo estos casos.
Por ello, la empresa ha asegurado su intención de aumentar la transparencia acerca de sus investigaciones.