Para intentar contener el impacto económico de la pandemia el gobierno de Alberto Fernández impulsó una batería de medidas que ubicó a la Argentina entre los países del mundo cuyo Estado estuvo más presente para intentar mitigar el aumento del desempleo, la caída de la producción y de la actividad que se registraron a nivel global.
Un informe de la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav) ratifica esa consideración y advierte que "con 2 de cada 3 hogares cubiertos por el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), Argentina tiene la política de transferencias directas más importante de la región".
Todos los países de la región tuvieron un programa similar al IFE "sin embargo se observó que la política implementada en Argentina resultó ser la de mayor índice de cobertura, alcanzando a un 66,2% de los hogares, e implicando el mayor esfuerzo fiscal, en relación con el PBI (1,07%)" indica el informe de la Undav entres sus consideraciones finales.
Junto al IFE el gobierno nacional también lanzó el Programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP). "La implementación de las dos primeras tandas del ATP representó, en total, una erogación de más de 181 mil millones de pesos, alcanzando a más de 230 mil empresas en mayo (sueldos de abril) y a 217 mil empresas en junio (sueldos de mayo), con un total consolidado de 2,3 millones de trabajadores cubiertos", indica el informe que no tiene en cuenta el ATP 3 y que ya se está preparando una cuarta etapa del programa.
A ello hay que sumar que los asalariados privados registrados y los cuentapropistas se vieron beneficiados con el lanzamiento de una línea de créditos a tasa 0 para autónomos y monotributistas. A través de esta medida, se otorgaron más de 340 mil créditos para trabajadores independientes.
En paralelo los tres primeros pagos del IFE implicaron una erogación de 264 mil millones de pesos que alcanzaron a 8,8 millones de hogares, cubriendo al 66% de los hogares de todo el país. Esta proporción baja al 23,5% de los hogares en Brasil por ejemplo y al 31,8% de los de Chile (Bolivia, 55,2%; Perú, 2,5%; Colombia, 18,6%; Uruguay, 5,1% y Venezuela, 42,9%).
"Combinando estas tres políticas (ATP, Créditos a tasa 0 e IFE), se obtiene que la asistencia estatal ha alcanzado a cerca de 11 millones de personas. Además, si se incorporan los casi 3,2 millones de asalariados públicos, que reciben sueldos de parte del Estado, el total de personas alcanzadas por transferencias directas o indirectas, asciende a 14,1 millones", indica el informe de la Undav.
A su vez, destaca el informe, "el IFE contribuyó a reducir la brecha de género en ingresos en el país, ya que, dadas las condiciones de acceso, el 55% de los beneficiarios asignados fueron mujeres".
El tercer pago del IFE implica además un "incremento en los recursos transferidos desde el Estado Nacional hacia las provincias. El carácter 'federal' del IFE queda reflejado en que las transferencias tienen mayor peso sobre el presupuesto en las provincias que presentan indicadores socio-económicos más rezagados, especialmente la región NOA y NEA".
Así, la provincia de Santiago del Estero fue la que verificó una mayor inyección de recursos en relación con su presupuesto. Los 3 pagos del IFE representaron el 17,5% de los gastos corrientes estimados para todo el año.
Además destacan que un efecto secundario muy positivo de la aplicación del IFE fue la bancarización de la totalidad de sus beneficiarios a partir del segundo pago.
De este modo, 4,93 millones de personas que no registraban una cuenta bancaria propia tienen la posibilidad de abrir cuentas bancarias sin costo para recibir el segundo y tercer pago del beneficio.