La oposición pone a prueba sus límites pero la vocación de diálogo de Alberto Fernández parece infinita, incluso cuando eso implica bailar al ritmo afiebrado que propone Juntos por el Cambio. Durante las frenéticas horas previas a la videoconferencia de esta tarde, el Presidente accedió a las condiciones que pusieron desde la bancada cambiemita para conectarse a la audiencia de manera diferenciada y dejó pasar el desplante de la Coalición Cívica, cuyos referentes, una vez aceptadas las demandas, anunciaron que no se conectarían a la cita. Nada disuadió a Fernández, que después de escuchar sus demandas e inquietudes, insistió en un llamado al diálogo y la responsabilidad.
“Para tener un diálogo fructífero es necesario que haya respeto, porque no es verdad que en política todo valga”, señaló el mandatario, antes de recriminar que digan que “la libertad está en peligro” o que “hay abusos” por parte del gobierno. “Nada de eso es cierto y todos lo sabemos”, agregó. También hizo referencia al uso político del crimen de Fabián Gutiérrez (“me dolió vivir eso esta semana”) y les pidió que busquen maneras de expresarse políticamente que no impliquen un riesgo sanitario: “Tienen mil formas de protestar, no hace falta exponer a nuestro pueblo”, dijo y recordó que después de cada una de las marchas opositoras hubo un aumento en la cantidad de casos de coronavirus.
“Queremos que nos escuchen”, reclamaban desde JxC. Alberto Fernández les dio el gusto. El primero en tomar la palabra fue el jefe del bloque en la cámara alta, el radical Luis Naidenoff, que planteó la necesidad de establecer mejores vínculos entre el oficialismo y la oposición en el Senado. El jefe del PRO en la cámara baja, Cristian Ritondo, pidió precisiones sobre la visita que debe hacerles el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. Será el 30 de este mes y ya hay más de 2300 preguntas de la oposición. El independentista mendocino Alfredo Cornejo pidió acuerdos básicos en cuestiones económicas y Martín Lousteau pintó un pronóstico económico similar al que maneja el gobierno.
Fue Máximo Kirchner el encargado de recordarle a los opositores que durante los cuatro años de gobierno de Cambiemos Mauricio Macri nunca recibió de manera diferencial al principal bloque opositor en el Congreso, tal como ellos exigieron hoy. Sergio Massa, que sufrió hasta último momento el vértigo de las estocadas opositoras que ponían en riesgo la misión que se le había asignado, fue el encargado de abrir el encuentro agradeciendo a todas las partes presentes “el diálogo franco y sincero”. Por los senadores peronistas, subidos al bote a último momento para empardar la comitiva opositora, habló José Mayans. El trámite, en total, duró poco más de una hora.
El Presidente también anticipó el envío al Congreso de un plan de reactivación. Los primeros tres capítulos, que deberían aprobarse antes de fin de mes, son la moratoria presentada la semana pasada, la ley para regularizar la deuda con acreedores bajo legislación argentina y una prórroga del presupuesto 2019 para adaptarlo a las finanzas pandémicas. No hubo ningún compromiso opositor respecto a esos proyectos ni sobre la continuidad de las sesiones más allá del plazo del protocolo actual, válido hasta fin de mes. Después de terminado el encuentro, el Presidente, Massa y los legisladores oficialistas se quedaron conectados para el segundo encuentro con el resto de los bloques.