El presidente Alberto Fernández anunció un endurecimiento de la cuarentena en el Área Metrpolitana de Buenos Aires (AMBA), desde el 1 hasta el 17 de julio, con objetivo de aplacar los contagios de coronavirus, en una jornada en la que otras 34 personas murieron y 2.886 resultaron contagiadas.
Con las cifras informadas hoy por el Ministerio de Salud, el número de fallecidos desde el inicio de la pandemia asciende a 1.184 y la cantidad de infectados a 55.343.
De los diagnosticados hoy con Covid-19, 1.692 casos se registraron en la provincia de Buenos Aires, 967 en la Ciudad de Buenos Aires y 76 en Chaco, en tanto que en Chubut se produjeron 10, en Córdoba 8, en Entre Ríos 19, en Formosa 25, en Jujuy 27, en La Rioja 1, en Mendoza 3, en Misiones 1, en Neuquén 31, en Río Negro 13, en Santa Fe 12 y en Tucumán 1.
En tanto, la nueva etapa del aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) que comenzará el próximo miércoles 1 de julio contempla mayores restricciones para el AMBA, especialmente en el uso del transporte público, que será de uso exclusivo para trabajadores esenciales anticipadamente desde el lunes.
"Los argentinos deben enojarse con la pandemia, no con el remedio", dijo el Presidente en un mensaje grabado desde la residencia de Olivos, en el que sostuvo, además, que "no se debe permitir el aumento de casos" de coronavirus.
Acompañado por el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, el jefe de Estado resaltó que todas las medidas se toman "en consenso y coordinación" con la Ciudad y la provincia de Buenos Aires.
Fernández precisó que "el 97 por ciento de los casos que se detectan ocurren en el AMBA" y agregó que "en los últimos 20 días, los casos aumentaron 147% y los fallecidos, 95%", al tiempo que dejó claro que "los casos no aumentaron por los tests, sino por la circulación del virus", que tomó mayor velocidad en los últimos días, tal como se preveía.
El mandatario mostró, no obstante, una serie de gráficos para demostrar el buen resultado obtenido hasta el momento, que indicaron que la Argentina tiene una de las tasas de incidencia y fallecidos por coronavirus más baja de la región al registrar 115,6 contagiados por cada 100.000 habitantes, y 25,3 fallecidos por cada millón de personas.
También expuso que el 4 de junio pasado fue el punto de inflexión para el AMBA en el ascenso de casos positivos y que el porcentaje de camas ocupadas de terapia intensiva en esa región al día de ayer era del 54,1 por ciento.
El 4 de junio fue el punto de inflexión indicado en una de las placas, en la que se indicó que cuando el AMBA sumaba 21.261 casos, el resto del país reportaba 3.585. Esas cifras, al 25 de junio, ascendieron a 46.562 y 5.882 pacientes infectados.
Respecto a los pacientes internados en camas de Terapia Intensiva, al 25 de junio eran 472, de los cuales 424 correspondieron al AMBA y 38 al resto del país.
Entonces, en las llamadas Unidades de Terapia Intensiva (UTI) Adultos, la ciudad de Buenos Aire tiene el 50% de las plazas ocupadas; el Gran Buenos Aires el 56,2% y el promedio del AMBA es del 54,1%.
En el plano internacional, Estados Unidos registró un fuerte incremento en el número de casos y ayer alcanzó un récord diario de 40.000 nuevos contagiados.
Las autoridades sanitarias estimaron que el número real de infectados rondaría los 20 millones, diez veces más de lo informado oficialmente.
Estados Unidos roza los 2,5 millones de casos y los 125.000 muertos, mientras que los estados de Texas y Florida aumentaron fuertemente la cantidad de infectados en los últimos días.
El discurso oficial es discutido por expertos médicos, que asignaron el rebrote de casos a la reapertura precoz de los estados y a la relajación de la población a la hora de aplicar el distanciamiento social, reportó la agencia Europa Press.
Asimismo, alertaron que hay evidencias de que el virus está regresando y las muertes y hospitalizaciones están en aumento, sobre todo en el sur y el oeste del país.
De hecho, el incremento en las infecciones llevó a los gobernadores de algunos de los estados más afectados, como Arizona y Texas, a dar marcha atrás o poner una pausa en sus reaperturas.