A 80 días del inicio del aislamiento social preventivo y obligatorio, ocho de cada diez argentinos sienten que empeoró su estado de ánimo y su ansiedad en relación al décimo día de cuarentena, según un nuevo estudio de la Facultad de Psicología de la UBA. Las mujeres serían las más afectadas por las circunstancias.
El Observatorio de Psicología Social Aplicada publicó este lunes el informe "Familia, Pareja y Crianza" donde consta que convivir con hijos no empeoró mucho más las ya pesadas situaciones de estados de ánimo y ansiedad previas al aislamiento social por el coronavirus, pero sí incidió positivamente en los sentimientos de soledad.
Las parejas en las que más empeoraron la sensación de intimidad, las discusiones y las demostraciones de afecto son las que no conviven, seguidas por las que tienen hijos y, por último, las que no tienen hijos.
Casi todos los indicadores negativos aumentaron más para las parejas y familias que viven en departamentos y menos para los que viven en casas.
El relevamiento muestra que el porcentaje de encuestados para quienes la pandemia "empeoró un poco o mucho" su estado de ánimo pasó del 72,5% el 30 de marzo pasado al 80,3% para el 14 de junio último. El efecto fue más frecuente entre las mujeres (83,6%) que entre los hombres (74,6%), y entre las personas con hijos (80.9%) que sin ellos (77,4%).
Por otro lado, las personas para las que la cuarentena representa un empeoramiento de su sensación de soledad trepó del 37,5 al 46,7%. Dentro de esta categoría, las personas sin hijos (52,9%) lo sintieron más que quienes los tienen (45,5%).
Además, el estudio demuestra que "durante la cuarentena aumentaron todos los indicadores negativos de comunicación familiar", tales como la honestidad, tolerancia al desacuerdo o la intromisión en la vida del otro, y "disminuyeron todos los de cohesión en la familia", como los sentimientos de ser escuchados en familia, la confianza o la capacidad del grupo para recuperarse de los problemas.
El impacto negativo del aislamiento en las relaciones de pareja es mayor entre las no convivientes (50%), que en las convivientes solas (22,8%), o en las que conviven con sus hijos (30%), donde el efecto también es un poco mayor que en las anteriores.
Los datos recogidos señalan una mayor frecuencia de discusiones y peleas, una disminución de las demostraciones de afecto y de los intercambios de “intimidad”, palabra que suele ser entendida en su vinculación con la sexualidad.
En las parejas, la relación conflictiva se muestra también asociada a la situación habitacional de vivir en departamentos (34,5%), en relación a vivir en casas (27,5%).
Y si a los 10 días de cuarentena un 65% creía que la escolaridad de los niños y adolescentes se vio perjudicada con el aislamiento, al cabo de 80 días, ese porcentaje trepó al 84%.
El estudio se realizó entre el 7 y el 14 de junio, a partir de 1.296 encuestas online realizadas a personas mayores de 18 años de 11 localidades o zonas como la Ciudad de Buenos Aires, Gran Buenos Aires, interior de la provincia de Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Mendoza, Neuquén, Tucumán, Jujuy, Corrientes y Tierra del Fuego.