Héctor Vicentin, accionista y sobrino nieto del fundador de la cerealera santafesina en concurso de acreedores, se manifestó hoy en desacuerdo con la propuesta de rescate presentada por el gobernador Omar Perotti, que, a su criterio, “podría ser algo más de lo mismo” que el plan de expropiación del gobierno nacional.
“No fuimos notificados, nos enteramos por los medios y no conocemos mucho la propuesta de Perotti, pero nos preguntamos cómo podría llegar a funcionar una administración mixta”, señaló Vicentin en declaraciones a radio La Red.
El accionista de la compañía propició una salida en el marco del concurso de acreedores y la Justicia, tras afirmar que “estamos acostumbrados a trabajar de una forma distinta, a solucionar nuestros propios problemas”.
“Sabemos que tenemos problemas, pero hay otras alternativas a una expropiación, una intervención o una empresa mixta: dejándonos trabajar e invertir”, sostuvo Vicentin.
El empresario calificó a la iniciativa de Perotti de “expropiación light” y recordó que los directivos de Vicentin mantuvieron tratativas “con varias empresas privadas, con YPF y con cooperativas argentinas”.
Rechazó asimismo las versiones de desguace de la empresa y remarcó que “nosotros producimos, no lavamos dinero como dice mucha gente por ahí”.
Vicentin explicó que la deuda con el Banco de la Nación es por créditos para prefinaciación de exportaciones, necesarios “para elaborar 40.000 toneladas de soja por día, luego exportarlas y esperar que nos paguen”.
“El Banco Nación nos prestó US$ 300 millones, que ahora son US$ 290 millones, en abril de 2018, y a medida que ingresaban las divisas nos renovaban automáticamente esas operaciones, después del cobro de las comisiones”, explicó.
Negó luego que la empresa tenga un patrimonio negativo, aseguró que Vicentin “tiene el 100% de los activos intactos e invirtió US$ 800 millones en una sola planta super moderna”, y calculó que la empresa “debe valer más de US$ 2.000 millones”.
Sobre las operaciones con Paraguay dijo que “las hacen todas las exportadoras cerealeras” y consisten en la compra de soja excedente del país vecino, que produce 10 millones de toneladas y sólo procesa 3 millones; “acá se elabora, se agrega valor y se exporta pagando todos los impuestos, es imposible que haya desvío de dinero”, aseguró.
El empresario dijo que las plantas de la empresa trabajan al 100% en las localidad santafesina de Avellaneda y al 60% en la de San Lorenzo, y manifestó su inquietud sobre si se mantendrán los puestos de trabajo, teniendo en cuenta la experiencia de otras empresas estatizadas en el pasado.
“Nosotros ganamos plata desde hace 90 años, con Perón, con los militares, con el menemismo, con los radicales, con el kirchnerismo, y hemos perdido con el macrismo”, concluyó Vicentin.