En el primero de los casos lo ha logrado en gran medida con contratos publicitarios que se superponen con el artículo 32 de la Constitución Provincial y en casos concretos, no ha podido violar la norma 33 de nuestra Carta Magna Provincial, dada su furibunda militancia con la que quiere cubrir toda su gestión y lograr que la prensa la siga en su ideología.
No obstante, con una lectura más acabada, y en una provincia donde no hay muchas vías de escape laboral, hay colegas que sucumbieron a sus propios valores porque un plato de comida han de llevar a sus mesas.
Desde el regreso de la democracia, pocas veces se ha visto -y solo en casos aislados- tal coacción ni atropello por la actual Secretaría de Comunicación y Planificación Pública, que poco tiene de comunicación ni muchos menos de planificación, presidida por la licenciada Luz Santángelo.
En la segunda de las premisas del encabezado, la licenciada Luz ha logrado el fastidio de no pocos funcionarios que en voz baja -por ahora- concuerdan en que la titular del área comunicacional se inmiscuye en sus asuntos y les marca la cancha.
Sucede que en cinco meses de gestión abarcó demasiado; se tomó muchas atribuciones y se olvidó que su principal función es velar para que la imagen del primer mandatario provincial se vea reflejada óptimamente tanto en la prensa provincial como en la nacional, cosas que fallaron cuando entregó al gobernador a las fieras de un noticiero de la Capital Federal.
La licenciada Luz no pertenece al palo. No es periodista. Desconoce la íntima cultura que anima y es la esencia de quienes han abrazado este oficio. Ella cree que quienes imprimen sus ideas deben ser amanuenses a su servicio, y pasa por alto que libertad de conciencia y de expresión es la cúspide del periodismo.
Ataca, ladra y taladra a los trabajadores de prensa que aún no han reaccionado; ha dejado en la calle a varios medios y familias que necesitan desesperadamente su sueldo.
Flaco favor le hace al gobernador Quintela que se ha manifestado para que cada riojano no le falte el trabajo pese a las condiciones imperantes.
La licenciada Luz -precisamente ella que dice bregar por la igualdad a ultranza- discriminó a los medios de comunicación riojanos: pautas para unos y silencio para otros. Ni una entrevista. Y sí mucha arrogancia.
Desconoce la ley de gravedad.