"Americana de 24 años atrapada en Catamarca" fue la frase con la que Christine Catlin resumió los dos meses y medio que lleva en la Argentina. La mujer publicó ese mensaje en el foro Reddit hace dos días para preguntar si "¿existe una manera de volver a Estados Unidos?" tras quedar desconectada de su mundo por intentar asistir al funeral de un amigo.
"Estoy en la Argentina desde el 29 de febrero de 2020, y quedé varada en la ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca desde el comienzo de la cuarentena", precisó Christine en una comunicación con minutouno.com.
Christine, que es de Arden Hills, en Minnesota, lleva varios meses de viaje por el mundo y estaba a punto de comprar una casa en la favela de Vidigal, en Río de Janeiro, cuando falleció su amigo Gastón, un catamarqueño de 22 años a quien había conocido en esa localidad de Brasil.
Entonces viajó a la capital de Catamarca para "llevarle sus posesiones a su familia y para hacer el duelo con ellos en su casa durante algunas semanas" desde el 3 de marzo, explicó, y al principio del viaje pudo apreciar "las hermosas montañas, las plazas adorables y las iglesias intrincadas" de la provincia, y su gente "calma y reservada".
Pero entre el 11 y el 20 de marzo la OMS declaró la pandemia de coronavirus Covid-19 y se firmó el decreto presidencial que estableció el aislamiento social preventivo y obligatorio. Así fue como Christine quedó atrapada en Argentina.
"Nunca pensé que iba a vivir acá tanto tiempo", reconoció la joven, que trabajó como escritora creativa hasta 2019 e inició un viaje por el mundo hace poco menos de un año, tras la muerte de su hermana trilliza, la ciclista olímpica Kelly Catlin.
El comité de Ciclismo Olímpico de Estados Unidos recordó a Kelly Catlin a un año de su muerte como una deportista "brillante y consumada" que supo ganar una medalla de plata en Río de Janeiro 2016 y fue tres veces campeona mundial en la prueba de búsqueda del equipo, además de completar una licenciatura en la Universidad de Stanford. En su nombre se lanzó un programa de counselling para la contención psicológica de los miembros del conjunto nacional.
"Después de que ella murió traté de distraerme gastando todo mi dinero en viajes por el mundo y metiéndome en todo el caos y la confusión de países como Cuba, España, Portugal y Brasil", contó por su parte Christine, acompañada por su chihuahua Scottie, su gran compañero de mates por estos días.
La última escala de Christine antes de quedar atascada en Catamarca por la pandemia de Covid-19 fue Vidigal, a la que describió como "la favela más segura de Río con vista al mar y a cinco minutos de la playa". Ahí conoció a Gastón, que murió el 23 de febrero, pocos días antes de cumplir 23 años.
"Yo me imaginaba viviendo ahí, enseñando inglés, andando en bicicleta y con una vida simple. Pero tras la muerte de mi amigo, que fue traumática, ya no me planteo volver a Vidigal", confesó la estadounidense, pero ahora sus planes para el futuro "no están decididos".
"Siento la obligación de regresar a Estados Unidos y quedarme con mi familia un tiempo, pero el clima social y político actual en el país hacen poco atractivo que me quede ahí de manera permantente. Puede que me vaya a otro país y enseñe inglés cuando pase el Covid-19", convino.
"Estoy cansada de correr y estoy lista para irme a casa", agregó.
VOLVER A CASA
"Casa", en este momento, no es la propiedad que dejó a medio comprar en Vidigal, donde el vendedor le aceptó el pago de US$5.000 solo para después concretar la operación con otro comprador y estafarla. Ahora el objetivo de Christine es regresar a la granja de sus padres en Minnesota para estar cerca de ellos y de su hermano Colin, el tercer trillizo.
"Por desgracia me enteré hace poco que los vuelos comerciales desde y a la Argentina fueron suspendidos hasta septiembre. Esto significa que la única opción que tengo para volver a casa y visitar a mis padres es meterme en uno de los viajes que la embajada de Estados Unidos que salen en los próximos días de Buenos Aires", señaló la mujer.
Aunque las condiciones del aislamiento social se relajaron en Catamarca porque no se registró ni un caso de Covid-19 desde el inicio de la pandemia en esa provincia, todavía no hay vuelos ni servicios de colectivos de larga distancia para que Christine pueda llegar a Buenos Aires antes del 15 de mayo, que es cuando parte el avión gestionado por la embajada de Estados Unidos que todavía tiene asientos libres.
Hay un segundo vuelo gestionado por la embajada de Estados Unidos que sale el 18 de mayo, pero ya está completo. "Lo que es más, el costo del pasaje es de US$1.700", indicó la mujer, para quien el trato resultó "horrendo".
"Traté de llamar a la embajada, al Departamento de Estado y al senador de Minnesota, pero nadie me ofreció ayuda. No les importa. El Gobierno de Estados Unidos es así. Mientras en los países de Europa tomaron de inmediato medidas para rescatar a sus ciudadanos varados en el exterior, Estados Unidos le dice a su gente que se las arregle por su cuenta", sentenció.
La embajada de Estados Unidos en Argentina puso a disposición de sus ciudadanos un apartado específico en su sitio web sobre los pasos a seguir durante la pandemia de Covid-19, y la libertad de movimiento dentro de Argentina está garantizada para los extranjeros que estén tratando de volver a sus países de origen de acuerdo a la Resolución 90/2020 del Ministerio de Transporte de la Nación, pero Christine no cuenta con los medios para llegar a Buenos Aires, mucho menos al aeropuerto de Ezeiza.
"A estas alturas me resigné a quedarme indefinidamente. Quién sabe, quizás es lo mejor. La idea de viajar en estos tiempos me pone muy nerviosa. Detestaría infectarme con el Covid-19 durante mi viaje a casa y contagiar a mis padres, que tienen más de 60 años", convino.
"Aunque me siento afortunada de estar a salvo y en cuarentena en un país que está controlando el coronavirus al contrario de como ocurre en Estados Unidos, donde mueren miles de personas por día, no puedo evitar sentir que mi vida está en suspenso por no poder trabajar ni lograr nada", explicó Christine, que vive sola en la capital de Catamarca y se mantiene con los US$1.200 que el gobierno federal de ese país le depositó a los ciudadanos que presentaron su declaración de impuestos.
"Suena trivial, pero extraño placeres simples como manejar mi auto, ir a tiendas que abren las 24 horas y comprar cosas online y que me lleguen al día siguiente. Hablar en inglés y que me entiendan quienes me rodean, o tomar cafés tipo americano, como Starbucks. Obviamente por sobre todas las cosas me siento sola por no poder ver a mi familia", expresó la mujer, quien se despidió a la distancia de su abuela, fallecida el 7 de abril pasado a los 100 años.
Antes de que la pandemia de Covid-19 la sorprendiera en el proceso de rendirle homenaje a su amigo catamarqueño, Christine ya saboreaba el hito personal de haber podido comprar una casa con sólo 24 años, algo que es "extremadamente caro" en su país, y se estaba haciendo la idea de reinventar su carrera para dar clases de inglés en Vidigal, un barrio carioca que "está creciendo y gentrificándose" y podría ser una inversión a futuro.
Pero el futuro del mundo quedó en suspenso por la pandemia de Covid-19 y ahora esta "americana de 24 años atrapada en Catamarca" necesita volver a su hogar en Minnesota.