"En el caso de los autónomos, alrededor del 71% tuvo caídas en las ventas", aseguraron desde el Ministerio de Desarrollo Productivo.
Un informe técnico del Ministerio de Desarrollo productivo elaborado a partir de datos de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) hace eco de que "las medidas de aislamiento conllevan un impacto económico y social para la población en su conjunto, con tan solo unos pocos sectores que han podido mantener sus niveles de actividad con relativa normalidad" desde el 20 de marzo, cuando entró en vigencia el Decreto nº 297.
El contexto de la pandemia se suma a los "dos años consecutivos de recesión, que implicaron en 2018-2019 un severo deterioro de los indicadores sociales y laborales", pero en concreto durante el aislamiento social "muchas empresas se ven imposibilitadas de producir" así como también "muchos trabajadores independientes (monotributistas y autónomos) han sufrido una contracción profunda en su facturación".
El informe, que fue publicado hoy en el Boletín Oficial, indica que resulta necesario "contemplar la inclusión de nuevos sectores como elegibles al programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP)", entre ellos, a los trabajadores autónomos y monotributistas que quedaron afuera del programa del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), que benefició a quienes están en las categorías más bajas (A y B).
"Vale mencionar que, de acuerdo a los datos de AFIP, alrededor del 75% de los monotributistas ha visto severamente afectado su desempeño producto de la pandemia (lo cual se refleja en caídas en las ventas y/o en las compras)", se detalla en el informe técnico del Ministerio de Desarrollo Productivo.
"En el caso de los autónomos, alrededor del 71% tuvo caídas en las ventas y/o en las compras", prosigue el documento, que forma parte de una Decisión Administrativa de Jefatura de Gabinete.
Argentina cuenta con 5 millones de trabajadores independientes, los que representa el 26% de las personas ocupadas del país (sobre un total de 19 millones).
Dentro de la categoría de "independientes" entran también los "informales", que trabajan por cuenta propia pero no están inscriptos en AFIP, y cuyos ingresos son volátiles y escasos, lo que los convierte en el grupo más vulnerable dadas las circunstancias de aislamiento social por el coronavirus Covid-19.
Tras la implementación del bono de $10.000 para los trabajadores independientes informales (que también benefició a monotributistas A y B, monotributistas sociales, empleadas de casas particulares, desempleados y beneficiarios de la AUH), el decreto 376/20 incluyó a las demás categorías de monotributo como potenciales beneficiarios de créditos a tasa cero con el Estado para garantizar y subsidiar esos préstamos.
Según datos de la AFIP, unos 2,4 millones de trabajadores podrían acceder a esos créditos (incluidos los ya detallados monotributistas A y B).
"Por su parte, la mayoría de los trabajadores independientes formales ha sufrido una caída notoria en su actividad. Como se mencionó, el 75% y el 71% de los autónomos han visto recortada sus ventas y/o sus compras. Si bien esta población es ciertamente menos vulnerable que los trabajadores independientes informales, lejos está de estar 'blindada' ante la pandemia", explicaron en el informe.
"De allí que, ante la ausencia de ingresos laborales, sea fundamental que el Estado, por la vía del crédito subsidiado y garantizado, facilite que estos trabajadores (y sus familias) puedan sostener un nivel de consumos básicos", consta en el documento, en el que se fundamenta así la decisión de otorgar los créditos a tasa cero, que los bancos comenzaron a otorgar a partir de este lunes.