La producción de autos registró en febrero una caída del 20 por ciento en relación al mismo mes del año pasado, informó este miércoles Adefa. Ese resultado se explica tanto por el descenso en las ventas en el mercado interno como por la merma de las exportaciones. “Son señales que indican que hay que reforzar el trabajo que se viene realizando”, señaló Gabriel López, presidente de la cámara que agrupa a las terminales automotrices, quien además pidió “alentar la política de apertura de nuevos mercados e implementar medidas para impulsar la demanda del mercado doméstico”. En el acumulado del primer bimestre, la producción nacional de vehículos muestra una baja interanual del 1,4 por ciento.
En febrero se produjeron 26.133 unidades, lo cual implica una mejora frente a enero (que suele darse por motivos estacionales) pero una baja del 20 por ciento en la comparación interanual. Dos tercios de la producción del mes se explican por los vehículos utilitarios, que bajaron un 16 por ciento frente al mismo período del año pasado, mientras que los automóviles retrocedieron un 26,5 por ciento. Desde Adefa advierten que parte del resultado negativo se debe a que hay algunas fábricas con paradas técnicas
La situación del mercado automotor es muy complicada porque las caídas en producción y ventas se montan sobre números muy negativos del año pasado. Por ejemplo, la baja de producción del 20 por ciento del mes pasado se calcula sobre el número de febrero de 2019, que mostraba una merma del 16,4 por ciento en relación a 2018. Algo parecido sucede en el empleo y las horas trabajadas.
Parte del resultado de producción se explica por la débil marcha del mercado interno, afectado por precios de los autos que subieron muy por encima del salario y tasas de interés que todavía son altas. Las colocaciones de las terminales al mercado mayorista bajaron en un 10,6 por ciento en febrero, mientras que Acara, que agrupa a los concesionarios, midió una caída de las ventas minoristas de autos cero kilómetro del 32,2 por ciento. La entidad tiene una estimación negativa para el año, de 370 mil unidades vendidas, lo cual implicaría una baja de casi el 20 por ciento frente al 2019. “El desorden total heredado por el actual Gobierno hace imposible encontrar soluciones rápidas”, admiten en Acara.
Si bien las ventas totales de unidades (nacionales e importadas) de las terminales a los concesionarios tuvieron una caída del 10,6 por ciento, un dato positivo es que la venta mayorista de autos de fabricación nacional tuvo una mejora interanual del 5,3 por ciento. Ese dato se vincula al encarecimiento relativo de los autos importados a partir de la cotización del dólar pero también por la suba de impuestos internos.