A cambio, se comprometió a mantener el equilibrio fiscal, pero con condiciones mucho más beneficiosas para el país que las anteriores.
Luego de una semana de continuas reuniones con la delegación del Fondo, el ministro de Economía, Martín Guzmán, consiguió acordar tres años de gracia antes de transferir la primera cuota, pudo saber El Destape de fuentes con acceso directo a la negociación. El préstamo, que firmaron los funcionarios de Mauricio Macri con Christine Lagarde, establecía que el primer pago debía realizarse en 2021, pero se abonará recién desde 2024.
Con este avance, el equipo económico consiguió descomprimir una porción sustancial de los vencimientos próximos. La principal razón por la que la misión del organismo multilateral calificó de “no sustentable” al pasivo público externo fue, justamente, el altamente concentrado perfil de la deuda, que la gestión anterior no se molestó en atender al momento de emitir bonos.
El equipo de Guzmán cambió drásticamente las condiciones del acuerdo pautado con el macrismo, que establecía que Argentina iba conseguir un superávit del 3%. Para esto, el Fondo planeaba un salvaje ajuste del gasto público que hubiera tirado por tierra la posibilidad de crecimiento en la década siguiente, y que se hubiera profundizado con retrocesos en el régimen jubilatorio y los marcos laborales básicos.