Si bien la Iglesia logró recordar su posición sobre el controvertido tema de la despenalización del aborto, la reunión entre el Presidente y el Sumo Pontífice dejó un balance más que positivo con relación al ex mandatario argentino.
Finalmente Alberto Fernández tuvo su primera visita al Papa Francisco desde que asumió la primera magistratura: fue una charla de buen tono en el que analizaron la situación económica y social del país pero en la que se surfeó el controvertido tema de la despenalización del aborto que a la postre generó una polémica comunicacional: finalmente la Santa Sede reconoció que se le transmitió al jefe de estado la defensa de la Iglesia de la vida "desde la concepción" que, traducido, significa una oposición a la legalización de esta práctica tal como la pretende impulsar la Casa Rosada.
El encuentro tuvo lugar en la Biblioteca Privada del Pontífice, donde según la vocería gubernamental, ambos dignatarios hablaron sobre la situación económica y social de la Argentina. Se trata de un escenario más formal que el de la Residencia de Santa Marta, donde vive Jorge Bergoglio, y donde supo recibir a otras personalidades argentinas.
En una conferencia de prensa posterior, el presidente dijo que le pidió ayuda al Sumo Pontífice con las gestiones para el pago de la deuda externa y que ambos coincidieron en terminar con la grieta que divide a los argentinos.
Es que los temas sobre los que dialogaron giraron en torno al presente y al futuro del país y se centraron especialmente en la pobreza y en cómo superar la situación de crisis social que afirma haber recibido el actual gobierno.
Entre la comitiva oficial que acompañó al presidente, se destacó la ministra de Justicia, Marcela Losardo, el canciller Felipe Solá que incluyó a su jefe de gabinete y cuñado, Guillermo Justo Chávez- y Gustavo Beliz, un ferviente católico. El secretario de Asuntos Estratégicos es amigo del vicario de la Pontificia Academia de Ciencias, Marcelo Sánchez Sorondo, que poco antes del encuentro organizó una misa "peronista" donde recordó la figura del fundador del justicialismo.
Lo cierto es que durante la entrevista en la Biblioteca Vaticana se lo vio de buen semblante a Francisco, que leyó al jefe de Estado y a su mujer Fabiola Yánez un texto sobre el buen humor que se le atribuye a san Tomás Moro: "Concédeme la gracia de comprender las bromas, para que conozca en la vida un poco de alegría y pueda comunicársela a los demás. Así sea", recitó Francisco ante la atenta mirada de sus visitantes. Luego intercambiaron obsequios: por caso, el presidente se traerá a la Argentina una estatuilla de bronce.
En Casa Rosada contrastaban el tenor del encuentro con el que tuvo en 2016 Mauricio Macri, más frío, que sólo duro 22 minutos -este viernes se duplicó la duración de la audiencia-, con fotos que mostraban un tanto incómodo al Sumo Pontífice.
Lo cierto que aunque la comunicación presidencial negó que se haya hablado de la legalización del aborto durante la visita al Vaticano, la Oficina de Prensa de la Santa Sede informó que "durante las cordiales conversaciones, se examinó la situación del país, y la protección de la vida desde la concepción".
Luego el gobierno tuvo que salir a aclarar que no se habló el espinoso tema con el Papa sino con el secretario de estado vaticano, Pietro Parolin, quien recibió a la delegación argentina una vez finalizado el mano a mano entre ambos dignatarios.
Un viejo conocedor de Francisco analizó la controversia surgida hacia el mediodía de ayer: "al plantear la defensa de la vida desde su concepción es obvio que fue un mensaje hacia el aborto. Pero no sabemos si lo hablaron: no creo que Alberto se lo haya trasmitido tajantemente y él tampoco le iba a preguntar qué iba a hacer por el tema. Si lo hicieron, fue por arriba porque no estaba centrado en eso la reunión. Sí en los temas más candentes, como la pobreza o el narcotráfico".
En la comitiva argentina remarcaron que no se le transmitió directamente al Sumo Pontífice una nueva invitación para que visitara la Argentina desde que fue elegido Papa no regresó a su país- pero "todos sabemos de sus afinidades como tampoco le gusta que le insistan con el tema".
Cerca de Bergoglio semanas atrás habían deslizado que si finalmente el Ejecutivo decide enviar al Parlamento la despenalización del aborto difícilmente esa visita se concrete.
Por la tarde un obispo que tuvo reciente contacto con Francisco en Roma, al ser consultado por este diario sobre si lo vio preocupado por la situación del país, dijo que lo vi muy bien pero no hablé de ese tema con él.