La procesión de verano de San Nicolás fue el epicentro de una nueva y férrea defensa de la iglesia riojana a las «dos vidas» rechazando de plano el aborto legal en la voz del obispo Dante Braida.
Braida relacionó el cuidado de la casa común con el cuidado de la vida. “Así como Francisco nos alienta a cuidar la casa común, de modo particular nos exhorta a cuidar la vida humana en todas sus etapas de desarrollo, reconociéndola como tal ya en su etapa de gestación. Nos dice en la misma Laudato Si: «Dado que todo está relacionado, tampoco es compatible la defensa de la naturaleza con la justificación del aborto”, precisó. Y agregó que “no parece factible un camino educativo para acoger a los seres débiles que nos rodean, que a veces son molestos o inoportunos, si no se protege a un embrión humano aunque su llegada sea causa de molestias y dificultades» (n. 120)”.
Asimismo tomó palabras del beato Enrique Angelelli señalando que “en reiteradas ocasiones se manifestó claramente a favor de la vida en el seno materno advirtiendo sobre las consecuencias personales y sociales del aborto”.
No obstante, Braida reconoció que “hay veces que la vida humana es engendrada en condiciones de vulnerabilidad y precariedad, o simplemente no es deseada. A su vez estamos convencidos que la respuesta a esta realidad no puede ser la violencia a un ser indefenso. No se puede buscar la salida generando otro drama, se debe buscar una solución abrazando y acompañando a cada protagonista, a la vida humana que va creciendo y a la mujer que sufre tal situación”.
“En este sentido se trata de proteger las dos vidas: la de la madre y la del hijo, como así también de acompañar a quienes forman parte del entorno con una actitud de atenta escucha, comprensión y oportuna solidaridad”, agregó.
Para el Obispo “a su vez, no basta que como cristianos digamos que estamos a favor del derecho a la vida si no nos comprometemos a utilizar todos los medios para cuidarla y promoverla en todas las etapas”. Consideró que “en nuestras comunidades debemos generar ayudas concretas en favor de embarazos que necesitan contención y apoyo; también para asistir a aquellos niños, adolescentes y jóvenes que, sin horizontes ni oportunidades, se ven cautivos de la mafia del narcotráfico y de la delincuencia. Asimismo asumir la realidad de quienes no tienen trabajo, o el acompañamiento de nuestros mayores y ancianos”.
Para finalizar, consideró que “este cuidado de la vida en todas sus etapas hay una insustituible responsabilidad del Estado. Pero también se tiene que destacar nuestra responsabilidad y caridad como cristianos que ha de manifestarse de tantas maneras creativas como el Espíritu nos lo indique. En primer lugar ofreciendo el calor de una comunidad-familia que de modo incondicional siempre acoge la vida, la cuida y la acompaña esté como esté, brindando los medios necesarios para promoverla”.
Fuente riojavirtual.com