“Dios nace como hombre por obra del Espíritu Santo y gracias al compromiso de María. De este modo, siendo grande se hizo pequeño, siendo rico se hizo pobre, siendo fuerte se hizo débil. Jesús viene a asumir toda nuestra naturaleza humana y a elevarla a condición de sagrada”, comenzó diciendo Braida.
“Su nacimiento –agregó– es una luz que hoy viene a iluminar la vida de cada persona, de cada familia y de cada comunidad. Por eso, cada vida humana tiene un valor infinito” y advirtió “esa vida tiene derecho a nacer, crecer y desarrollarse. Para ello, requiere ser aceptada, acogida, ayudada, amada, protegida, cuidada y promovida” e insistió “la vida cuanto más frágil y pequeña requiere más dedicación y compromiso de quienes la rodeamos. Toda vida humana es sagrada y merece ser vivida con dignidad”.
Más adelante recordó la beatificación de Angelelli al señalar lo “bueno es poder recordar su opción de celebrar la Noche Buena en lugares pobres y alejados. Con ese gesto concreto, nos transmite de manera especial esa cercanía y amor de Dios así como el valor de toda vida humana que nace y se abre paso desde lugares precarios, alentándonos a ser servidores de la vida”.
Luego el pastor riojano al celebrar esta navidad hizo un llamado a “volver la mirada a Jesús y a dejarnos mirar por El” e invitó “a ser luz buscando ser nosotros expresión de ese amor y cercanía con gestos y acciones concretas para los demás”.
Braida pidió “ser luz mostrando una cálida cercanía hacia una mujer embarazada, alentando y contribuyendo a su bienestar en ese bello tiempo de gestación. También elevando una oración por quienes buscan la gracia de un hijo y no lo pueden concebir o por quienes están a la espera de una adopción”.
“Los invito –agregó– a ser luz dedicando un tiempo a visitar a alguien que esté solo o invitándolo a una comida navideña” y en forma especial reclamó “ser luz evitando el uso de pirotecnia, que tanto afecta la vida de personas con autismo, a niños y
ancianos –también a los animales– utilizando los recursos que ahorramos para ayudar a alguien necesitado”.
En la parte final Brida pidió dejarse “guiar por el Espíritu Santo, acercarnos a alguna realidad humana que hoy veamos frágil y necesitada de alguna mano oportuna” y concluyó que “al celebrar con alegría el Nacimiento de Jesús, la Virgen del Valle junto a San Nicolás y los beatos Mártires Enrique, Wenceslao, Gabriel y Carlos nos ayuden a valorar y a cuidar toda vida humana”.