Por Víctor Ingrassia
“Conrado Varotto, un hombre que al hablar transmite ese entusiasmo, ese amor y esa pasión por todo lo que siente que nuestro país puede hacer, y lo vemos en el legado del INVAP, la CONAE, y sus más de 50 años al servicio de nuestro país”.
Con estas palabras, el presidente Mauricio Macri elogió esta semana al profesor y ex director de Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae), Conrado Varotto, y le entregó la importante Distinción Investigador/a de la Nación 2018, en una ceremonia realizada en el Museo de Casa Rosada.
Además de Macri, el secretario de Gobierno de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Lino Barañao, también tuvo palabras elogiosas para con Varotto: “Cuando pensamos en el Investigador de la Nación pensamos en cómo hubiera sido el país si esa persona no hubiera existido, lo cual es sumamente difícil. Sin embargo, en esta edición ha sido muy fácil, porque el ciudadano común sabe que el país es capaz de producir reactores nucleares y satélites. Todo eso se debe a una persona, cuyo nombre tal vez no sea tan conocido, pero que ha sido indispensable para que todo eso ocurra, ese es el doctor Conrado Varotto”.
Varotto, quien resultó seleccionado como Investigador de la Nación 2018 y recibió un diploma, una medalla de oro y la suma de 1 millón de pesos, fundó INVAP en 1976 y lo transformó en el centro argentino de referencia nacional e internacional en actividades de transferencia tecnológica. Allí promovió varios proyectos en las áreas nuclear y satelital, como también en temas relacionados con la electrónica, el desarrollo de materiales, la industria metalúrgica y minera.
En agosto de 2018, durante la presentación del satélite SAOCOM 1A, el presidente Macri y el secretario Barañao le brindaron un reconocimiento especial por su rol al frente de la Comisión. En la ocasión, se destacó el papel de Varotto como líder y pionero en la construcción y el fortalecimiento de las instituciones nacionales de ciencia y tecnología en áreas de alta complejidad.
En diálogo con Infobae, Varotto afirmó que este premio es un reconocimiento colectivo a todos los que han puesto de su esfuerzo para que la Argentina salga hacia adelante. “Este premio no es para mí, es para todos los que me han ayudado todos los días en mi trabajo y al frente durante 24 años en la Conae. Este país me dio la posibilidad de trabajar con ciencia y tecnología, con mentes brillantes que me acompañaron y resaltaron la labor conjunta, generando un impacto importante a nivel social y económico en la Argentina”, resaltó Varotto.
“Más que nada, lo veo como un mensaje a futuro, para que los más jóvenes tomen la posta. Creo que el mayor de todos los logros es que la sociedad argentina ya tiene incorporada la idea de que sin ciencia y tecnología no hay desarrollo”, aseguró el físico premiado responsable de poner en órbita los cuatro satélites que tuvo y tiene el país para observación de la Tierra.
Sobre el momento en que estamos hoy parados, el científico aseguró que el mundo va hacia una sociedad de conocimiento, por lo que es vital la educación de calidad que se debe promover desde el Estado y cada docente para con los más chicos, jóvenes y adolescentes.
“El país hizo mucho por nosotros y ahora nosotros tenemos que hacer mucho por el país. Nuestro enojo lo debemos convertir en una oportunidad para ayudar al país. Llevo 70 años viviendo en la Argentina. Hoy no hay que ponerse en un bando . No hay que ponerse de unbando o de uncolor. Hay que empujar todos juntos”, insistió Varotto, que hoy esta jubilado pero es “consultor ad honorem” de la CONAE, la Agencia Espacial Argentina en la que estuvo al frente 24 años, pasó varios gobiernos de distintos signos políticos y con todos tuvo que negociar la continuidad del Plan Espacial Argentino.
“Soy como un tábano que pica. Sigo en contacto con todos”, se rió Varotto y destacó a su actual sucesor, Raúl Kulichevsky, con quien trabajó durante 8 meses para “ponerlo a punto” al frente de la Conae. “Raúl es una extraordinaria persona y desempeña un trabajo muy importante al frente de la agencia”, destacó el físico de 77 años que nació en 1941 en Brugine, provincia de Padova en Italia durante la Segunda Guerra Mundial y con 9 años llegó a la Argentina junto a su mamá y su hermano mayor Mario para encontrarse con su papá, que había viajado antes
Después de estudiar en el colegio Salvador, donde él y su hermano fueron becados por los jesuitas, quienes le inculcaron el amor por las ciencias, particularmente la Física, Varotto ingresó a la Universidad de Buenos Aires y luego al Instituto Balseiro, en San Carlos de Bariloche, donde fue uno de los primeros egresados en Física y luego obtendría su doctorado en 1968.
El brillante científico, que terminó la secundaria a los 16 años, se mostró preocupado por la educación en el país. “Que los docentes vuelvan a ser educadores, no trabajadores de educación. La vocación del docente es educar ya que son los pilares para nuestra sociedad”, afirmó Varotto, reconociendo también que deben recibir un salario digno para no dejar que la educación se destruya.
Haciendo una reflexión sobre la calidad de la ciencia y tecnología del país, Varotto ponderó lo que se hizo en los últimos años, teniendo en cuenta las limitaciones obvias de la Argentina.
“Nosotros debemos ser capaces de demostrar que nuestras acciones influencian en el desarrollo del país. El Conicet debe ser una usina de ideas y proyectos, haciendo que los científicos se sientan parte del sistema”, destacó Varotto.
Respecto al auge que hoy están teniendo los emprendimientos personales o starups innovadoras que surgen en la Argentina y la región, el científico explicó que hoy la fórmula del éxito es tierra, trabajo, capital y conocimiento.
“Esta sociedad está despegando y creo que va a moverse muy rápido hacia adelante. La gran dificultad actual es que nuestro sistema financiero es muy tradicional y no suele tomar riesgos financieros en las inversiones tecnológicas. Pero es algo que de a poco debemos cambiar y adaptarnos al mundo actual”, concluyó.
Un científico italiano en Argentina
Conrado Varotto nació en Italia en 1941 y llegó a la Argentina en 1951, sus padres buscaban una tierra lejos de guerras en donde sus hijos pudieran estudiar. En el Instituto Balseiro se licenció y doctoró en Física, y posteriormente se perfeccionó en Stanford con una beca CONICET.
Fundó INVAP en 1976, inspirado en las empresas de Silicon Valley, en donde promovió varios proyectos en el área nuclear, como también en temas relacionados con la electrónica, desarrollo de materiales, industria metalúrgica y minera. Fue director del proyecto de desarrollo de la tecnología de enriquecimiento de uranio, cuya planta industrial fue construida por INVAP en Pilcaniyeu.
De 1997 a 2018 se desempeñó como director Ejecutivo y Técnico de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), desde donde ha impulsado el Plan Espacial Nacional y el desarrollo de cuatro misiones satelitales cumplidas como el SAC-B (satélite astronómico), el SAC-A (validación tecnológica), el SAC-C y el SAC-D/Aquarius (ambos de observación de la Tierra); éste último para efectuar, principalmente, mediciones de la salinidad superficial de los océanos.
Bajo su dirección también se llevó adelante la Misión SAOCOM, la primer constelación argentina dedicada a observar la Tierra con radar de microondas, cuyo primer satélite ya está en órbita, el SAOCOM 1A y en marzo próximo será lanzado el satélite gemelo, SAOCOM 1B.